Categories
Vivencias

Las Geometrías de la Vida

Somos el reflejo de los mundos que han creado éste, donde pensamos que estamos

Lea viajando que no pensando

En esos enjambres donde se nos va la vida, que de sólo verlos ahí queremos estar,
que sin entenderlos deseamos retornar, allí vagos recuerdos despiertan fugazmente.

Las brisas cantoras de un mundo previo, entonan sobre la piel las eras que nos presencian,
respirando los poros la forma que es no forma, esparciendo los fluídos colores sin fin.

El fugaz recuerdo se fue. Un suspiro lo sella. Volvemos a agobiarnos con las formas petrificadas,
energías solidificadas, fluidos cristalizados. Huellas de un pasado vivido en un mundo previo.

Sólo nuestra nostalgia del origen, aferrada a los recovecos del olvido entumecido,
decide liberarse de los museos calcificados, prisiones falsas de nuestra etérea naturaleza.

 

Se evade por las avenidas del enjambre. La maraña se desenmaraña, los desórdenes se ordenan.
Y la gran forma que lo forma se devela como infinitas formas formándolo en su propio formato.

El enjambre fue. La nostalgia y las realidades refractadas también. Queda el pasillo de un mundo previo.
donde cada fractalidad es portal a sus infinitos mundos. Y todavía es pasado de otro mundo previo.

Nosotros, desde el pasado congelado sentimos el estremecimiento. Se nos encendió algo en algún lugar.
Se nos escabulle la identidad entre pliegues y portales. A un mundo previo de los previos.

Algo nos dice que ahí siempre estamos y aquí sólo nuestro reflejo. Allá, algo nos ratifica como parte y no visitantes.
Algo más se desenvuelve y desfilan energías como flechas. No son dibujo libre; nosotros tampoco.

 

Pasan dejando rastros de ritmo, frecuencia, vibración. Bailan colores. Los números construyen, nosotros contamos.
Formas complejas. Devienen del aliento de la energía danzante y provienen de la sencillez de un mundo previo.

Cansada la comprensión, volamos la desnudez de la velocidad. La bocanada devuelve sentidos atrofiados.
Se nos desfiguran los vértices y descansamos en los nodos que unen. Hemos llegado a los cuerpos cósmicos.

En los previos de los previos, el mundo se vuelve cúbico, el hogar pentagonal y los ancestros triangulares.
La fuerza piramidal. La línea y el punto no son más que la próxima historia de la última curva. El mundo previo: circular.

Desde las materialidades, el viento soplando trae el portal al mundo previo de previos donde el giro nos encuentra.
Desde las inmaterialidades en mundos previos, una fuerza que son dos comienza su revolución. La vida ha girado.

 

Entre materialidades e inmaterialidades una urdimbre gigantesca envuelve previos y futuros pasados. La matriz.
En mundos previos, se ven otros enjambres, y detrás otros, y otros. Mundos de mundos que no terminan de llegar.

Aquí, se nos desfiguran los vértices. Se nos derriten los nodos. Se nos gira la destreza. Se rebela la quimera.
Se nos desvían las percepciones. Se nos desajustan las tuercas y sus pentágonos. Se nos escapa el encierro.

Una pluma perdida se aproxima. Más cerca, son las alas perdidas. Nuestros cuerpos trucados se desentienden.
Volvemos a volar. Y bien lejos. Persiguiendo nuestra matriz. No la transplantada. La que está allí, aquí y más allá.

Allí fuimos mientras aquí estábamos. En tiempos entrelazados antes es después. Las realidades fractalizadas flotan de acá para allá.
En un mundo posterior, somos los previos que no han llegado. Y nos están llamando. Y nosotros regresando de ellos.

/|\

*Pulse en las imágenes para ir a su fuente

Lea también: